Conjuntivitis: grupo muy heterogéneo de enfermedades inflamatorias que afectan a la conjuntiva, la mucosa transparente que cubre la parte anterior del globo ocular.
En la conjuntivitis bacteriana (la más habitual): enrojecimiento, sensación de quemazón, picor o sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo, lágrimas más o menos abundantes, fotofobia (molestias por la luz), secreciones purulentas amarillentas o blanquecinas.
Tratamiento antibiótico cuya indicación y posología deben estar rigurosamente prescritas por un oftalmólogo. Higiene: medidas conductuales para limitar la infección. Se recomienda proteger los ojos del viento y la luz con gafas de sol.
La conjuntivitis es una de las enfermedades más frecuentes de la parte anterior del ojo. Es una inflamación de la conjuntiva, la mucosa transparente que cubre la parte anterior del globo ocular, con la excepción de la córnea, y la pared interna de los párpados inferior y superior, hasta el margen de estos.
La conjuntivitis puede estar causada por agentes biológicos (bacterias, virus, hongos, parásitos), por agentes físicos (p. ej., radiación ultravioleta o radiación térmica), por agentes químicos (p. ej., cosméticos o fármacos) o
por factores ambientales (p. ej., humo o polvo).
También existe la conjuntivitis alérgica o la mediada por el sistema inmunitario, además de la conjuntivitis debida a una alteración de la película lagrimal.
Las formas más frecuentes de conjuntivitis son de origen bacteriano y se caracterizan por: enrojecimiento, sensación de quemazón, picor o sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo, lágrimas más o menos abundantes, fotofobia (molestias por la luz), secreciones purulentas amarillentas o blanquecinas.
El tratamiento de la conjuntivitis implica la instilación del colirio antibiótico cuya indicación y dosificación deben estar rigurosamente prescritas por un oftalmólogo. La automedicación en estos casos puede prolongar o dificultar la resolución de una patología que puede curarse.
Tenga en cuenta que la conjuntivitis es contagiosa y, por lo tanto, el paciente afectado debe tomar algunas medidas de higiene importantes:
Evitar frotarse los ojos.
Lavarse bien las manos y con frecuencia.
Retirar las secreciones purulentas con toallitas esterilizadas.
Usar una toalla personal.
Evitar el uso de cosméticos alrededor de los ojos.
Se recomienda proteger los ojos del viento y la luz con gafas de sol.
Inflamación crónica de los párpados. Puede ser interna o externa, aunque a menudo coexisten las dos formas. La blefaritis externa puede estar provocada por estafilococos o ser seborreica; la blefaritis interna es secundaria a una disfunción de las glándulas de Meibomio.
Picor, hinchazón y sensación de quemazón en el borde de los párpados. Presencia de escamas secas (en la forma estafilocócica) u oleosas (en la forma seborreica) alrededor de la zona de las pestañas. En el caso de la blefaritis interna: obstrucción del conducto glandular, secreción anormal de lípidos en el líquido lagrimal, enrojecimiento de los bordes de los párpados.
La blefaritis estafilocócica externa se trata por vía tópica con antibióticos. Las otras formas de blefaritis se tratan con una higiene cuidadosa y diaria del ojo y los párpados. En caso de inflamación grave, a menudo se utilizan tratamientos tópicos con antibióticos y antiinflamatorios.
La blefaritis es una inflamación crónica de los párpados. Es una causa muy frecuente de molestias en el ojo. Suele ser bilateral y simétrica. Podemos distinguir entre la blefaritis interna y externa, si bien las dos formas suelen coexistir y se da un solapamiento considerable en los síntomas.
La blefaritis externa afecta a los bordes de los párpados y puede ser secundaria a una infección estafilocócica o de tipo seborreico, o a una mezcla de los dos tipos. La seborrea generalizada suele presentarse en la forma seborreica.
La inflamación de la blefaritis interna es secundaria a una disfunción de las glándulas de Meibomio.
Por lo general, la blefaritis se caracteriza por picor, hinchazón y sensación de quemazón en el borde de los párpados. En la blefaritis externa, suelen observarse escamas secas (en la forma estafilocócica) u oleosas (en la forma seborreica) en la zona de las pestañas, o bien úlceras pequeñas (en la forma estafilocócica). En la blefaritis interna se observan varios signos asociados a la disfunción de las glándulas de Meibomio: obstrucción del conducto glandular, secreción anormal de lípidos en el líquido lagrimal, enrojecimiento del borde de los párpados.
La blefaritis estafilocócica externa se trata por vía tópica con antibióticos. No existe una cura definitiva para la forma seborreica o la blefaritis interna. En caso de inflamación grave, a menudo se utilizan tratamientos tópicos con antibióticos y antiinflamatorios. Se recomienda encarecidamente llevar a cabo una limpieza exhaustiva y diligente de los párpados con productos específicos, con el objetivo de mantener el borde de estos libre de escamas o secreciones.
Procesos inflamatorios que afectan a la córnea y que pueden ser infecciosos o no infecciosos.
Los síntomas varían mucho en función de la causa. Normalmente se observa irritación ocular, dolor, visión borrosa y fotofobia (sensibilidad a la luz).
Cada tipo de queratitis requiere un tratamiento específico que debe estar prescrito por el oftalmólogo y que puede implicar el uso de antibióticos, antivirales, antifúngicos o antiinflamatorios.
El término "queratitis" combina un grupo diverso de procesos inflamatorios que afectan a la córnea. Según la causa subyacente, la queratitis puede dividirse en no infecciosa e infecciosa. Las formas no infecciosas se asocian generalmente a enfermedades inflamatorias sistémicas. Las formas infecciosas se encuentran entre las principales causas de ceguera y pueden ser provocadas por bacterias, virus, hongos o protozoos. Una forma especialmente temida de queratitis causada por protozoos es la queratitis por Acanthamoeba. La queratitis es más frecuente en los portadores de lentes de contacto y surge por el uso de lentes inadecuadas, mala higiene, uso prolongado o por una afección ocular preexistente.
Los síntomas varían enormemente en función de la causa, pero en general incluyen irritación ocular, dolor, visión borrosa y fotofobia (sensibilidad a la luz).
La queratitis es una enfermedad muy temida. Por tanto, es muy importante que, desde las primeras dolencias, se llame al oftalmólogo lo antes posible, quien hará un diagnóstico preciso y prescribirá el tratamiento más adecuado. Dicho tratamiento puede implicar el uso de antibióticos tópicos o sistémicos, antivirales, antifúngicos y antiinflamatorios.
El orzuelo es un proceso supurativo en el que participa un folículo de la pestaña y su glándula sebácea (externa o interna). A menudo está causado por la bacteria Staphylococcus aureus.
Enrojecimiento del borde del párpado, dolor, pesadez del párpado.
Aplicación de una gasa humedecida caliente, destinada a favorecer su ruptura espontánea; antibióticos tópicos asociados o no a fármacos antiinflamatorios.
El orzuelo es una inflamación aguda del folículo de una pestaña y de su glándula sebácea (externa o interna), casi siempre causada por la bacteria Staphylococcus aureus.
El orzuelo es una infección muy frecuente que se asocia a un enrojecimiento del borde de los párpados, dolor o pesadez en estos.
A menudo aparece un pequeño punto amarillento en el borde del párpado inflamado y suele romperse por sí solo, dando lugar al flujo de pus y el alivio de la sensación de dolor. El orzuelo interno causa los mismos síntomas pero no es visible directamente porque se encuentra en la pared interna del párpado.
El tratamiento del orzuelo consiste en la aplicación de una gasa humedecida caliente, destinada a favorecer la rotura por sí mismo, así como antibióticos tópicos (en combinación con fármacos antiinflamatorios o no) de acuerdo con las recomendaciones del oftalmólogo. Raras veces se requiere el drenaje del orzuelo a través de una escisión quirúrgica.
El chalazión es un quiste provocado por la inflamación crónica de una de las glándulas de Meibomio.
Sensación de malestar que es más notable cuando el chalazión alcanza un gran tamaño.
Es raro que el chalazión se cure por sí solo, en la mayoría de los casos el único tratamiento adecuado es la escisión quirúrgica.
El chalazión es una lesión inflamatoria crónica causada por el estancamiento de la secreción sebácea producida por las glándulas de Meibomio u otras glándulas sebáceas.
El chalazión suele ser indoloro. Aparte de los problemas estéticos, el chalazión de los párpados superiores, cuando es demasiado grande, puede presionar la córnea y provocar astigmatismo.
Es raro que el chalazión se cure por sí solo, en la mayoría de los casos el único tratamiento adecuado es la escisión quirúrgica.